Julia Stanley conoció a Alfred Lennon en 1928. Alfred era marinero, frecuentaba bastante a Julia a pesar que su familia desaprobaba la relación.
Una noche, en un pub, Julia retó a Alf a casarse con ella. Él aceptó el reto, y casi como un juego, sin siquiera avisar a sus familias, fueron a la oficina de registro Mount Pleasant -donde John y Cynthia se casarían 24 años después- y se casaron ante sus únicos testigos, que fueron avisados a la volada; Sydney (hermano de Alf) y una amiga personal de Julia.
Sydney invitó a la pareja a almorzar en Reece’s, un restaurante de pollo cerca a Clayton Square, y en la tarde, fueron al cine a ver una película de Mickey Rooney. Al regresar a casa esa noche, Julia encaró a su impresionada familia, y certificado matrimonial en mano les dijo «Listo, lo hice! Me casé con él!»