Paul McCartney se encarga de cerrar la inauguración de los Juegos Olímpicos Londres 2012, en una maravillosa ceremonia que dejó más que clara la importancia de Inglaterra y su música como repercusión a nivel mundial. A pesar del hermetismo de los organizadores por filtrar detalles, se supo previamente que Paul interpretaría Hey Jude y que sería el acto final para la meticulosa inauguración.
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