Orquesta de Cordoba interpreta mezcla de piezas clásicas y Beatles

Cuando muchas orquestas siguen siendo máquinas de rumiar una y otra vez los mismos repertorios, reconforta que la de la Universidad de Cordoba burle con gracia la monotoní­a diseñando imaginativamente sus programas. El del concierto de hoy, con motivo de la inauguración del curso universitario no sólo se alejaba de la rutina, sino también, en cierta medida, del constante asalto al ayer en que suele consistir la música culta. Las tres obras programadas giraban en torno a las estaciones del año y su devenir. En su variedad de juegos entre lo local y lo universal, entre lo culto y lo popular y entre el pasado y el presente, simbolizaron a la perfección el espí­ritu de la Universidad.

El Concerto Grosso nº 2 de Peter Breiner es una recreación a la barroca de cinco famosos temas de The Beatles: A Hard Day’s Night, Girl, And I love Her, Paperback Writer y Help!. El brillante compositor eslovaco agrupó sus 20 exitosos arreglos sobre canciones del cuarteto de Liverpool en cuatro concerti grossi. Si bien el cuarto (del que, al final de la velada, sonarí­a Michelle como bis) no tiene referente declarado, en los otros tres Breiner parodia (en el sentido musical del verbo) los estilos de los grandes del Barroco: el de Haendel en el primero, el de Bach en el tercero y el de Vivaldi en este segundo. El espí­ritu encantador y burlón del veneciano no sólo se manifestó en esa divertida primera pieza, aplaudida con entusiasmo por el público movimiento a movimiento. También reapareció en la mejor interpretación de la noche: la de Las Cuatro Estaciones Porteñas de Ástor Piazzolla (1921-1992). Las cuatro obritas que compusiera el bandoneí­sta y compositor argentino entre 1964 y 1970 para su famoso quinteto sonaron muy bien en la versión para violí­n y orquesta. Aunque el escueto programa de mano no decí­a nada, creo que esta adaptación era la realizada por Leonid Desyatnikov en colaboración con el violinista Gidon Kremer. Tras las citas musicales de las estaciones vivaldianas que sonaron en la obra de Breiner (encantadora la del segundo movimiento de La Primavera en And I love Her, cantada con maestrí­a por la solista), ahora volví­an a oí­rse, por obra de los arreglistas de Piazzolla, nuevos pasajes de la célebre obra de Il Petre Rosso; a ritmo de tango y en un ambiente bien distinto.

Si la primera parte hizo soñar a los asistentes que llenaban el teatro con su propio pasado y con referencias, tampoco tan lejanas si bien se piensa, de cabarés porteños, tras el descanso vení­a un plato más contundente: la Sinfoní­a n. 1 en sol menor ‘Sueños de invierno’ (opus 13) de Chaikovsky. Es obra poco conocida y no demasiado programada desde que se estrenara el 3 de febrero de 1868 bajo la dirección de Rubinstein.

Fuente: eldiadecordoba.es

Subscribe
Notify of
guest
0 Comments
Inline Feedbacks
View all comments