Los Beatles, quienes están revolucionando a la juventud «kiwi», se presentan por segundo día (tercera y cuarta vez) en el Town Hall de Wellington, donde definitivamente no están acostumbrados a estos espectáculos. Ante los medios, Paul McCartney comenta que tenían una expectativa del público neozelandés mucho más conservadora que el australiano, pero que no fue así. Por su parte, John Lennon califica a la audiencia de «salvaje».