James McCartney toca en el Personal Fest de Argentina

Pese a tener uno de los apellidos más famosos de toda la cultura popular, James McCartney parece tomarse con tranquilidad el haber elegido la música para desarrollar su carrera, el mismo camino que su padre tomó de muy joven. Así­ lo transmite en su camarí­n, detrás de uno de los escenarios ubicados en el predio de Geba, en Buenos Aires, donde vino a actuar para la última edición del Personal Fest, celebrado algunas semanas atrás.

Es la primera visita de James a Argentina, un paí­s en el que su papá Paul es í­dolo de masas. Sin embargo, en los minutos previos a la entrevista, su promoter pide que no le hagan preguntas sobre el exbeatle porque “está cansado de hablar de ese tema”. Es curioso: en una zona del mundo en el que los discos de James no han sido editados, y a sabiendas de que él ha colaborado más de una vez con su viejo, eludir cuestiones como la relación que llevan parece una exigencia innecesaria.

Se supone que la sugerencia apunta a que prefiere hablar de Me, su más reciente trabajo, que en minutos va a presentar arriba del escenario, con un concierto breve de rock en formato trí­o. El tí­tulo del disco es elocuente, desde luego: me, traducido, es “yo”, una forma elegante de establecer prioridades. Aun así­, el link familiar aparece de inmediato en el diálogo, ya que lo primero que dice James –y lo pronuncia en un divertido español– es: “Tres conejos en un árbol tocando el tambor. Que sí­, que no, que si lo he visto yo”. Parece un chiste encriptado, pero en realidad es una frase que Paul McCartney ha dicho en varias ocasiones cuando le preguntan si habla español: es un recitado que recuerda de sus clases de castellano en el colegio.

¿Y de Argentina? ¿Conoce algo más allá de su ubicación geográfica? “No demasiado, tengo entendido que son tiempos difí­ciles en lo económico”, responde James. “Polí­ticamente las cosas tampoco están muy bien, ¿no? A decir verdad, no conozco demasiado más allá de que es un lugar hermoso. ¿Qué deberí­a saber?”, retruca con algo de desgano, sentado en un sillón, mientras bebe algo frí­o para combatir el calor porteño.

–Mejor hablemos de tu música. ¿Cómo explicarí­as “Me”?
–Es puro rock and roll, aunque suene a cliché. Es como una evolución de mis discos anteriores.

–¿Nada de pop?
–Si tenemos en cuenta “pop” como sinónimo de música popular, no dirí­a que mi música es demasiado popular, así­ que prefiero llamarla más bien rock and roll.

–¿Contaste con ayuda de Steve Albini en la producción de “Me”?
–No, el productor del disco fue David Kahne. Y también estuvo mi papá, él produjo algunas canciones también.

–Leí­ en un artí­culo que eras fan de Albini, de allí­ la pregunta.
–Alguna vez trabajamos juntos, sí­. Pero eso fue hace algunos años.

–¿Estás al tanto de nuevas bandas? ¿Te interesan?
–No escucho demasiada música nueva, a decirte verdad. Me inclino más hacia lo clásico, lo espiritual.

–¿Cuál fue el último disco que escuchaste y te gustó?
–Me gustó Tomorrow’s Modern Boxes, el reciente disco de Thom Yorke.

–¿Radiohead fue inspirador para vos en algún momento?
–Lo es ahora. Antes no estaba tan metido en el mundo de Radiohead como estoy ahora. Concuerdo con una idea que alguna vez dijo Kurt Cobain: muchas de las bandas que hoy amo, no me gustaban demasiado cuando aparecieron, sino tiempo después. Por eso también te decí­a que me gusta la música más vieja.

–¿Has conocido a Dhani Harrison o Sean Lennon?
–Sí­, somos amigos, pero no nos vemos demasiado seguido.

–¿Alguna vez trabajaste con ellos?
–Toqué un poco la guitarra en la banda sonora de Alter Egos, de Sean.

–¿Tu papá te dio algún consejo sobre la industria musical?
–Que me relajara, que me divirtiera y tuviera la libertad de hacer lo que quisiera.