En la corte de Barbados, Paul y Linda se presentan ante el juez Haynes Blackman y claman inocencia sobre el cargo de posesión de marihuana. Se les impone una fianza de 200 dólares de Barbados (u$s 100) a cada uno. El abogado de Paul en Barbados, David Simmons, le dice al juez: «Paul es una persona muy talentosa y creativa. La gente que tiene este talento a veces necesita inspiración«.
Después de la audiencia, ellos están listos para volver a Inglaterra, los vuelos habían sido reservados antes de presentarse a la corte. Al jefe de inmigraciones, Kenrick Hutson rápidamente se le señala que los McCartney no estaban deportados y que serían libres de regresar. (La presentación de Paul en la corte tiene lugar cuatro años después del día en que fuera arrestado en Japón).
Cuando Paul deja la corte, declara ante los periodistas ke esperan: «No tengo absolutamente ningún resentimiento ni quejas. Era una pequeña cantidad de cannabis e intenté usarla, pero la policía llegó a donde estaba y les di 10 grs. de marihuana. Linda tenía otro pekeño pakete de yerba (siete gramos) en su cartera«.