Miles de personas y sacerdotes con ofrendas asistieron a la ceremonia de incineración de los restos mortales del Maharishi Mahesh Yogi, otrora gurú de los míticos Beatles, fallecido la semana pasada en Holanda a los 91 años de edad.
El cuerpo fue incinerado en la India, cerca de la ciudad norteña de Allahabad, donde confluyen los tres ríos sagrados, dos de ellos reales, el Ganges y el Yamuna, así como el Saraswati.
El Maharishi, maestro espiritual de la legendaria banda británica, murió el 5 de febrero en el pueblo holandés de Vlodrop, donde vivía desde 1990. Fue incinerado en su ‘ashram’ -que en sánscrito significa ermita- de Arail, cerca de la ciudad de peregrinación hinduista de Alahabad, indicó a la AFP un miembro del consejo mundial hindú.»Había miles de personas entre las cuales muchos de sus fieles procedentes del extranjero», explicó por teléfono. Sus discípulos cubrieron su cuerpo con pétalos de rosas, antes de encender un tronco y cantar mantras, explicó el corresponsal de la agencia Press Trust of India. Sus restos habían sido trasladados el sábado a India.
A la ceremonia asistieron miles de personas, entre turistas y residentes, mientras que sus restos serán llevados a la India el próximo sábado, según reportes de prensa captados en la capital británica.
El Maharishi Mahesh Yogi lanzó en 1958 un movimiento de meditación trascendental que en los años siguientes atrajo a buena cantidad de discípulos, entre éstos los cuatro jóvenes de Liverpool, gracias a quienes el gurú se convirtió en una celebridad.
Los Beatles visitaron el ashram en India en 1968 y empezaron a estudiar las técnicas de la meditación trascendental. Paul McCartney y Ringo Starr rindieron homnenaje a su maestro espiritual la semana pasada.
El movimiento del Maharishi -reemplazado por el Maharaja Nader Raam- cuenta con cinco millones de adeptos en todo el mundo, según su sitio de Internet. «La meditación trascendental puede ser definida como un medio para cada uno para hacer lo que se desea, de la mejor manera, más justa, con un resultado óptimo», había afirmado el Maharishi en una entrevista en 2002.