A razón de los comentarios de Lennon sobre su popularidad sobre la de Jesús, considerados por el régimen del apartheid como anti-religiosos, la Corporación Sudafricana de Radiodifusión prohíbe la música de Los Beatles.
La medida se mantuvo por 5 años más, incluso cuando los Beatles se separaron. Tras ello, los discos solistas de John Lennon permanecieron prohibidos, a diferencia de sus excompañeros de banda.