Un día antes que su exhibición «Unfinished Paintings And Objects» fuese aperturada, Yoko Ono recibe exclusivamente a John Lennon. El evento se llevaba a cabo en la galería Indica, en el sótano de la tienda de libros Indica, propiedad de John Dunbar, en Mason’s Yard, al final de la calle Duke, Londres. A pesar que Lennon cita este día como el 9 de Noviembre, la fecha correcta es el 7, por ser un día antes de la inauguración oficial de la exhibición.
John Lennon (En el libro «All We Are Saying», de David Sheff): «Esa vieja pandilla mía… todo eso se acabó. Cuando conocí a Yoko es cuando conoces a tu primera mujer y dejas a los chicos en el bar y no vas nunca más a jugar fútbol o no vas a jugar billar y billas. Quizás a algunos chicos les gusta hacerlo todos los viernes en la noche o algo, y continúan esa relación con los chicos, pero una vez que uno encuentra a la mujer, los chicos ya no importan para nada, más allá de ser tus viejos amigos. Tú sabes, «Hola, cómo estás? Cómo está tu esposa?» ese tipo de cosas. Tú conoces la canción: «Esas campanas de boda están separando esa vieja pandilla mía». Bueno, eso no me sucedió hasta que tuve la edad que fuera, cuando conocí a Yoko, que fue a los 26. 1966 nos conocimos, pero el impacto completo no… no nos casamos hasta el 68, cierto? Todo se mezcla en una sola película sangrienta! Pero como sea, eso fue todo. La vieja pandilla mía se acabó al momento que la conocí. No lo sabía conscientemente en ese momento, pero eso era lo que sucedía. Apenas la conocí, ese fue el final de los chicos, pero también sucedía que los chicos eran muy bien conocidos y no eran solamente los chicos locales del bar.«
John Lennon (Lennon Remembers, de Jann S Wenner): «Había una especie de camarilla clandestina en Londres; John Dunbar, que estaba casado con Marianne Faithfull, tenía una galería de arte en Londres llamada Indica, y yo daba vueltas por galerías un poco en mis días libres entre discos, también a algunas exposiciones en diferentes galerías que mostraban tipo artistas desconocidos o artistas subterráneos.
Me contaron que esta increíble mujer estaba montando un espectáculo la próxima semana, algo sobre personas en bolsas, en bolsas negras, y iba a tener un poco de happening y todo eso. Así que fui a una previsualización la noche antes de su apertura. Entré -ella no sabía quién era yo o ni nada- y yo estaba deambulando por ahí. Había un par de estudiantes tipo artístico que habían estado ayudando, tirados por ahí en la galería, y yo estaba mirando y estaba asombrado. Había una manzana a la venta allí por doscientas libras; Pensé que era fantástico – entendí el humor en su trabajo inmediatamente. No tenía que tener mucho conocimiento sobre el arte vanguardista o subterráneo, el humor me alcanzó inmediatamente. Había una manzana fresca en un soporte -esto fue antes de Apple- y costaba doscientas libras por ver la manzana descomponerse. Pero había otra pieza que realmente me decidía por-o-contra la artista: una escalera que conducía a una pintura que se colgaba del techo. Parecía un lienzo negro con una cadena con una lupa colgando al final de la misma. Estaba cerca de la puerta cuando entrabas. Subí la escalera, miras a través de la lupa y en minúsculas letras chiquitas decía ‘sí’. Así que fue positivo. Me sentí aliviado. Es un gran alivio cuando te levantas por la escalera y miras a través de la lupa y no dice ‘no’ o ‘jódete’ o algo así… decía ‘sí’.
Estaba muy impresionado y John Dunbar nos presentó -ninguno de nosotros sabía quién demonios éramos, ella no sabía quién era yo, ella sólo había oído hablar de Ringo, creo, significa manzana en japonés. Y Dunbar la había estado como acosando, diciéndole: «Es un buen partido, deberías ir a hablar con él o hacer algo». John Dunbar insistió en que saludara al millonario. Y ella se acercó y me entregó una tarjeta que decía ‘respira’ en ella, una de sus instrucciones, así que simplemente hice [resopla]. Esta fue nuestra reunión.«
John Lennon (All We Are Saying, de David Sheff): «Otra pieza fue Play It By Trust también conocido como juego de ajedrez blanco, que llevaba las instrucciones: Juegúelo mientras pueda recordar quién es su oponente y quién es su propio yo. También estaba Pintando para Martillar un Clavo Dentro, un martillo atado a un bloque, en el cual la gente era invitada a clavar clavos.
Entonces me acerqué a esta cosa que decía ‘Martilla un clavo dentro’. Le dije: «¿Puedo clavar un clavo?» Y ella dijo que no, porque la galería estaba abriendo recién al día siguiente. Así que el propietario, Dunbar, le dijo: «Déjale que clave un clavo dentro» como «Es un millonario. Podría comprárselo», ¿sabes? Ella estaba más interesada en que se vea linda y bonita y blanca para la apertura. Por eso nunca gana dinero con las cosas; ella siempre está demasiado ocupada protegiéndolo!
Así que hubo una pequeña conferencia y ella finalmente dijo: «Ok, puedes clavar un clavo por cinco chelines». Así que este sabelotodo le dice: «Bueno, te daré cinco chelines imaginarios y martillaré un clavo imaginario». Y fue entonces cuando nos conocimos. Ahí fue cuando cruzamos los ojos y ella lo entendió y yo lo entendí y eso fue todo.«
Los asistentes eran invitados a interactuar con las diversas piezas artísticas, entre las que destacaban unas brochas y pintura sobre una silla blanca y paneles de madera blanca cubiertos en acrílico.
Yoko Ono (Sunday Telegraph, 27 de Noviembre de 1966): «A esto le llamo {Añadir Pintura de Color}. Es muy importante tener arte que esté viva y cambiante. Cada fase de la vida es bella, así como toda fase de una pintura.«