A la medianoche, tras haber estado grabando con los Beach Boys, Paul McCartney regresó a la casa de John y Michelle Phillips en Los Ángeles, llevando a Brian Wilson. Una vez allí, sacaron varios instrumentos musicales. John Phillips también llenó una bandeja de vasos con diferentes cantidades de agua y McCartney emitió sonidos frotando los bordes. También tocaba el violonchelo y el fliscorno en la casa.
La improvisación duró gran parte de la madrugada, y McCartney y Mal Evans regresaron a la casa de Derek Taylor a tiempo para desayunar. Esa tarde, McCartney y Evans partirían de regreso a Inglaterra.