John Lennon participó en varios compromisos con los medios continuando con su campaña de la paz en Canadá. Hoy día acudió al despacho del el filósofo y académico canadiense Marshall McLuhan del departamento de cultura y tecnología de la Universidad de Toronto para una entrevista organizada por la cadena de televisión estadounidense CBS-TV. El encuentro duró 45 minutos.
Tras este encuentro, los medios logran una entrevista de seguimiento, de alrededor de 5 minutos, con Lennon. John comienza discutiendo si su campaña afectaría su arte. Da una respuesta típica, diciendo que todas sus actividades eran esencialmente artísticas y que el arte no tenía límites.
Continuó diciendo que cada país tuvo una reacción diferente a sus campañas de paz y dijo que los ingleses no los tomaron a él ni a Yoko Ono en serio. Sintió que en Estados Unidos su mensaje era más aceptado en Nueva York que en los estados del sur.
Luego, Lennon y Ono desearon una Navidad con un mensaje de «paz en la Tierra». Lennon explicó con más detalle sus esperanzas: «Eso implica que no haya violencia. No hay niños hambrientos. Sin mentes violentas, sin hogares violentos. Sin violencia.«
Tras este encuentro, John Lennon y Yoko Ono concedieron una entrevista al programa de noticias y actualidad de CBC-TV, CBC Weekend.
Lennon presentó el programa, presentado por Lloyd Robertson, como «Fin de semana de paz». El otro invitado fue el rabino Abhraham Feinberg, que anteriormente había cantado en el coro de «Give Peace A Chance».
CBC Weekend salió en vivo de 10.15 a 11.15 p.m. La entrevista tuvo lugar en el CBC Studio de Toronto. El segmento, protagonizado por Lennon, comenzó con el legislador Russell Doern, a través de una conexión desde Winnipeg, leyendo una carta del primer ministro de Manitoba preguntando si Lennon y Ono visitarían el país en el nuevo año para promover la paz. Lennon describió la oferta como «hermosa» y dijo que definitivamente visitaría la provincia en el año del centenario, aunque nunca lo hizo.
Lennon continuó explicando por qué eligió Canadá para esta campaña de paz. «No quiero ser el señor y la señora Santo Muerto de 1970», dijo.
Se le preguntó al rabino Feinberg si la campaña era una pérdida de esfuerzo, pero dijo que valía la pena ya que «su objetivo es saltar por encima de los políticos y llegar a la gente».