John logra una gran victoria en su batalla de tres años y medio para permanecer en EEUU, cuando una corte de apelación de tres jueces en Nueva York denegó (en una decisión de 2 contra 1) la orden de deportarlo. La corte establece que la detención por droga de 1968 en el Reino Unido fue contraria a lo que en Estados Unidos se entiende de la ley y no justifica deportación. Los expedientes dicen: «La batalla de cuatro años de Lennon para permanecer en nuestro país es un testimonio de la fe en el sueño americano«. La corte ordena al Servicio de Inmigración y naturalización a reconsiderar el requerimiento de John para permanecer con el status de residente y determina que la detención por drogas de 1968 en Inglaterra no lo convierten en un «extranjero expulsable».