Caracas, 06 Dic. ABN.- «Para la generación de mis padres, el asesinato de Keneddy, en 1963, fue un shock. Para los que crecimos con Lennon, su muerte significó mucho más, señaló -en 2005- el periodista de la BBC Tom Brook, en declaraciones para esa cadena inglesa.
Brook fue el primer reportero en llegar al sitio donde John Lennon fue asesinado, el 8 de diciembre de 1980.
Lennon, uno de los músicos más importantes del siglo XX, abanderado del rock and roll y activista por la paz, murió a manos del estadounidense Mark David Chapman, cuando este le solicitó un autógrafo, al frente del edificio donde el ex Beatle residía, en Nueva York, Estados Unidos, junto Yoko Ono y su hijo Sean, de cinco años de edad.
Desde entonces, el confuso perfil del asesino y las extrañas características del homicidio han constituido asideros de preguntas. Hay quienes opinan que el crimen fue la obra de un desequilibrado y otros se aventuran en emplear la teoría de una conspiración gubernamental.
Julian Lennon, el hijo mayor del cantante, se inclina hacia la primera opción; Sean Ono Lennon, el mayor, va a favor de la segunda.
«Cuando hay una persona muy activa políticamente, que quiere comunicarse con la gente y despertar la mentalidad de las personas, se la asesina. Yo creo que lo que sucedió con mi padre es muy sospechoso», señaló Sean Ono Lennon al diario español Clarín, en julio de 1997.
Ono Lennon explicó que sus razones para ser suspicaz aumentaron, ya que muchos de los documentos de la Oficina Federal de Investigación (FBI, por sus siglas en inglés) sobre el asesinato de su padre -los cuales fueron desclasificados hace pocos años- fueron cubiertos con tinta negra, lo cual imposibilita descifrar su contenido.
«La gente es ingenua cuando dice que es imposible que el Gobierno lo haya matado. Yo creo que es sumamente posible», señaló Ono Lennon en esa oportunidad.
Controversias
El primer altercado de Lennon en Estados Unidos sucedió cuando aún era un Beatle, al afirmar que la banda a la cual pertenecía era más famosa que Jesucristo. En esa oportunidad, Lennon debió excusarse públicamente diciendo que la intención de su comentario era criticar a la Iglesia, que había permitido que un grupo de rock estuviera más presente en la gente que el mismo Dios.
Otro episodio memorable fue cuando devolvió a la Reina Isabel II la medalla del imperio británico que se le había otorgado en su época Beatle. Lennon lo hizo como protesta por la participación del Reino Unido en las guerras de Vietnam y Biafra.
Pero ciertamente, el descontento político de Lennon fue más evidente en sus canciones que en sus actos. En letras como Imagine, por ejemplo, se atrevió a hablar sobre un mundo en paz donde no hubiese posesiones ni religión. En Revolution afirmó estar de acuerdo con un cambio pero si eso no implicaba la destrucción, al tiempo que criticó a los radicales maoístas.
Luego de su matrimonio con Yoko Ono, la pareja pasó su luna de miel, de una semana de duración, posando para los fotógrafos en la cama de una habitación del hotel Hilton de Amsterdam.
Lo que la pareja llamó Bed-in for peace (en la cama por la paz) tenía como consigna «hacer el amor y no la guerra». De ese episodio nació la canción Give Peace a Chace (Démosle un chance a la paz), convertida en uno de los himnos universales del antibelicismo.
Lennon y Ono también desplegaron en varias ciudades grandes vallas que decían: La guerra se acaba si tu quieres. Feliz Navidad de parte de John y Yoko.
Antes de eso, la pareja había sido censurada en ese país cuando se lanzó a la venta el disco Two Virgins (Dos Vírgenes), donde ambos aparecían completamente desnudos.
Por muchos, Lennon fue considerado un genio de la música.
«Ser genio es una forma de locura. Ser genio es dolor. La creación es un resultado del dolor. Hay que ponerlo en algún lugar, y yo escribo canciones», comentó el mismo Lennon en una entrevista ofrecida a la revista estadounidense Rolling Stone, en 1970, poco después de la separación del grupo.
Lennon vs. Estados Unidos
En 1980, en entrevista para Playboy Magazine, Lennon hizo comentarios sobre «ciertos sujetos» que estaban preparando el fascismo en Estados Unidos desde la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés), principalmente su ex director George Bush.
Lennon también mantenía relaciones con líderes que abiertamente objetaban la administración estadounidense y que estaban en la lista negra de los servicios de inteligencia de ese país. Por esa razón, Estados Unidos se mostró hostil ante su solicitud de residencia.
El periodista mexicano Juan Ramón Jiménez señala en su artículo John Lennon, el antihéroe de la Globalización Neoliberal, que el ex Beatle fue considerado varias veces como una amenaza para la seguridad nacional estadounidense, tanto por la administración de Richard Nixon como por la de Ronald Reagan.
«Varias veces el Servicio de Inmigración quiso expulsarlo del país por considerarlo persona no grata. Varios casos documentados de vigilancia por parte del FBI y de arrestos bajo acusaciones falsas en los años 70 sirven para sostener dicha teoría», señala Jiménez.
«Lennon fue una figura nacional de importancia que en diferentes momentos de su vida se implicó públicamente en diversas causas políticas, incluido su apoyo al Ejército Republicano Irlandés (IRA, por sus siglas en inglés), a un grupo trotskista y en la defensa de varios presos», explicó el periodista.
Otro documento que denuncia el acoso de Estados Unidos hacia Lennon es el documental estrenado este año, el cual versa sobre la década de 1966-1976, la etapa más antibelicista del ex Beatle.
Dirigido por David Leaf y John Scheinfeld, este film denuncia la persecución al que el Gobierno estadounidense sometió al músico, cuando este se trasladó a vivir a Estados Unidos, y denuncia que la administración del presidente Richard Nixon vigiló al músico, intervino sus líneas telefónicas e intentó deportarlo bajo el argumento de que era desleal con Estados Unidos.
«Queríamos mostrar lo que pasa cuando un gran artista tiene el coraje de desafiar al poder, cuando un hombre sin miedo lucha por la paz. La película no está diseñada para comentar la situación actual pero la comparación es inevitable. Después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, cualquier ligero desacuerdo con el Gobierno es considerado antipatriótico. Eso es exactamente lo que le pasó a Lennon», explicó David Leaf, uno de sus directores.
La teoría del asesino solitario
Esta hipótesis plantea que el asesinato de Lennon fue obra material e intelectual de Mark Chapman, quien desde muy joven es conocido por su comportamiento antisocial.
Igualmente, esta teoría es justificada por muchos estudiosos que opinan que el caso de Lennon fue archivado por la administración Nixon justo al explotar el escándalo de Watergate, en 1972, y al parecer no fue retomado por la presidencia de Reagan, de acuerdo con la mexicana Tere Chacón, experta sobre los Beatles.
Nacido en 1955, Chapman, quien en su juventud fue adicto a las drogas hasta convertirse en cristiano evangélico, fue conocido desde su época universitaria como un gran fanático de los Beatles y, en especial, de Lennon.
Su admiración se convirtió en obsesión, hasta el punto que llegó a contraer matrimonio con una japonesa dado su parecido físico a Yoko Ono.
Bajo ese escenario, Chapman asesinó a Lennon de cuatro disparos en la espalda, luego de que el artista le firmara el disco Double Fantasy. En el incidente, Yoko Ono, quien se encontraba junto al ex Beatle, no fue atacada.
Luego del asesinato, Chapman fue condenado a cadena perpetua y sus solicitudes de libertad bajo palabra han sido negadas, en especial por las grandes campañas que en contra de eso ha realizado Yoko Ono.
Cuando fue aprehendido, el asesino señaló que voces en su cabeza lo obligaron a hacerlo y fue noticia recientemente cuando, en una apelación, luego de 20 años en prisión, señalara que una de las razones por la cual debería ser absuelto es porque Lennon así lo querría, ya que era un amante de la libertad.
En octubre de este año, y luego de analizar el caso, la Comisión de Libertad Bajo Palabra explicó en un comunicado que todavía hay preocupación por «la naturaleza inusual de su crimen violento y premeditado».
Un día para el perdón
A finales de noviembre pasado, Yoko Ono publicó una página entera en el diario estadounidense The New York Times, donde señaló que esperaba convertir a los 8 de diciembre un día de curación mundial, en conmemoración a la muerte de su esposo.
«Cada año, hagamos del 8 de diciembre el día para solicitar el perdón de quienes han sufrido lo insufrible», planteó la viuda del ex Beatle.
Ono pidió a los lectores que asuman su responsabilidad por no intervenir a favor de las víctimas que sufren en todo el mundo.
«El maltrato físico y mental que habéis soportado tendrá un efecto persistente en nuestra sociedad. La carga es nuestra».
Sobre la pérdida de su marido, Ono afirmó que no sabe si ya está preparada «para perdonar a quien le disparó, pero la curación es necesaria ahora en el mundo. Deseamos con vehemencia que un día podamos decir que nos hemos curado a nosotros mismos y que de esta manera hemos curado al mundo».