Paul McCartney y Ringo Starr se reunieron junto a sus esposas en el restaurant Mr. Chow de Beverly Hills y contaron también con la compañía de Jeff Lynne y Joe Walsh, cuñado de Ringo Starr.
Aparentemente la velada, reseñada por la prensa local como una especie de «mini reunión Beatle», transcurrió de lo mejor con un Paul McCartney visiblemente satisfecho que al salir salió cargando con una bolsa rosada contentiva de restos de una rica torta.