Durante la madrugada, la calle Penny Lane se ve vandalizada por los manifestantes en contra del racismo. Ellos alegan que la calle debe su nombre a un antiguo vendedor de esclavos, a pesar que la alcaldía de Liverpool ha desmentido la teoría.
De todos modos, virtualmente todas las señales de la larga calle, incluida aquella que está protegida por una placa desde que Paul McCartney estampó su firma allí, amanecieron tachadas con pintura de aerosol, y en algunos casos acompañados de la frase «racista».
Penny Lane se convirtió en un sitio turístico desde el lanzamiento de la canción de los Beatles del mismo nombre en 1967, no obstante, los movimientos en contra del racismo a nivel mundial no dan tregua a sus manifestaciones, sin importar las consecuencias. Ellos insisten en que la alcaldía cambie de nombre a la calle, mientras historiadores defienden el hecho de que la calle Penny Lane y el esclavista James Penny no están vinculados. El International Slavery Museum situado en Liverpool está conduciendo una investigación para poder manifestarse al respecto con mayor firmeza.