En el programa Front Row, de la BBC, la reportera Samira Ahmed entrevista a Mark Lewisohn y junto a él presenta cuatro canciones recientemente encontradas, pertenecientes a Los Beatles en su presentación en el Colegio Stowe en abril de 1963: «Please Please Me», «Too Much Monkey Business», «Memphis, Tennessee» y «I Saw Her Standing There».
En dicha ocasión, Los Beatles accedieron, increíblemente, a tocar en un colegio particular, por 100 libras. Brian Epstein accedió principalmente porque le gustó la valentía de uno de sus alumnos. Siendo una presentación escolar, el alumno a cargo del escenario, instaló un micrófono y grabó una hora entera de la presentación en una cinta de carrete a carrete. La presentación fue registrada casi en su totalidad, pero jamás había visto la luz.
La historia resulta muy interesante ya que Samira Ahmed visitó la escuela en el verano de 2022 y le llamó la atención la placa azul que conmemoraba la actuación de Los Beatles en el Roxburgh Hall, salón de eventos del colegio. Quiso conocer un poco más de la anécdota, y se enteró que había un alumno, John Bloomfield, que podía haber grabado el concierto. En marzo volvió, y conversó con Bloomfield y el director Anthony Wallersteiner. Ahmed contó la historia en Front Row, así como en una columna en The Observer, e incluso en su propio blog.
Wallersteiner, en un memorable correo electrónico fechado el 3 de marzo, nos presentó y señaló: «Había un rumor de que uno de los chicos pasó un cable desde un micrófono hasta una cinta de grabación de carrete a carrete debajo del escenario. ¿Es esto un mito de Stowe?» La respuesta vino de John: «Culpable de los cargos, fui yo. No debajo del escenario, sino justo frente a él. Veré si puedo encontrar la cinta y si todavía se puede utilizar».
El 22 de marzo, el productor Julian May y yo fuimos a grabar a Stowe, sin saber si Bloomfield había encontrado la cinta. Lo había hecho. Resulta que él también se sentía avergonzado. Un experto en tecnología confeso, al probar su nueva grabadora Butoba MT5, tomando una docena de baterías D que costaban 10 peniques cada una, la había considerado simplemente como una grabación amateur de mala calidad de canciones mejor capturadas en lanzamientos oficiales.
Tocamos el extracto que había traído en su computadora portátil del inicio del concierto en el escenario original. Bloomfield nos guió para subir el volumen del sonido, para replicar la experiencia original de sacudir los huesos y sentí que todo mi cuerpo vibraba con el poder puro y puro de los Beatles. Fue emocionante, pero también conmovedor, compartir ese momento con Bloomfield, pensando en sus amigos de la escuela. Algunos están muertos y otros están vivos.
En cuanto a la cinta, se están llevando a cabo conversaciones para limpiarla y darle un hogar permanente en una institución cultural nacional. Bloomfield cree firmemente que no debería terminar, como tantas reliquias de los Beatles, en la bóveda de un particular. Y, desde la restauración del audio de Peter Jackson para la serie The Beatles: Get Back, existen cautelosas esperanzas de limpiar lo que se ha capturado en esa vieja cinta magnética.
Samira Ahmed, The Observer