Se da la última visita de Paul y Heather Mills al juez Hugh Bennet y el Tribunal Superior de Londres para terminar formalmente su matrimonio y el proceso de divorcio que les ha tomado casi dos años.
Juez del divorcio de Paul McCartney y Heather Mills
Se da la última visita de Paul y Heather Mills al juez Hugh Bennet y el Tribunal Superior de Londres para terminar formalmente su matrimonio y el proceso de divorcio que les ha tomado casi dos años.
La muy subida de tono disputa matrimonial termina hoy con Heather Mills tirando una jarra de agua sobre la cabeza de la abogada de Paul McCartney. Su gesto de rabia al saber que el juez haría públicas sus apreciaciones sobre el caso. En éstas, el juez Hug Bennett calificó a Mills de malintencionada, mientras que alabó la honestidad y el equilibrio de McCartney.
Heather habría intentado en vano impedir la publicación del documento cuando se enteró ayer que el juez sostenía que buena parte del testimonio presentado por ella al Alto Tribunal de Londres fue «no sólo inconsistente e inexacto, sino que tampoco totalmente sincero«.
Por decisión del juez, Mills tendrá que «contentarse» con 24.3 millones de libras (unos 49 millones de dólares) frente a los 125 millones (252 millones de dólares) que reclamaba a quien fue su esposo durante cuatro años. El juez dispuso también el abono de una anualidad de 35.000 libras (unos 70.000 dólares) para la manutención de la hija de la pareja, Beatrice. Esto representa la quinta parte de su pedido, pero aún así la cifra acordada implica el equivalente a unos 34.000 dólares por cada día de los cuatro años que duró el matrimonio.
«Es un escándalo«, declaró la ex modelo a la BBC.
El ex Beatle Paul McCartney (65), y su esposa, Heather Mills (40), comparecieron este lunes 11 ante un tribunal de Londres para intentar nuevamente sellar su divorcio, que podría convertirse en el más costoso de la historia británica. La audiencia sucede a la celebrada en octubre del 2007 en la Alta Corte de Londres, en la que no se pudo llegar a un acuerdo entre las partes.
McCartney y Mills llegaron a la corte por separado a comienzos de semana, para una audiencia a puerta cerrada de cinco días ante el juez Hugh Bennett, la misma que se prolongó hasta este lunes, y si no se llegara a un acuerdo, podrían apelar la sentencia y comenzarían un juicio público, cosa que McCartney quiere evitar por protección a Beatrice. Muy por el contrario, Mills ha amenazado ya con publicar un libro sobre sus años junto a Paul y ventilando sus problemas más personales. La disputa se ampliará hasta una segunda semana pues Hugh Bennett requiere tiempo extra para dilucidar el caso. Una vez termine la audiencia el juez podría tardar varias semanas adicionales en lo que resuelve su sentencia.