Tras su presentación en La Caverna al mediodía, John y George visitan la tienda de instrumentos Rushworth’s Music House en Liverpool, donde se les hace entrega a cada uno de su «recién editada y única en el país» 1962 Gibson J-160E jumbo electroacoústica, con acabado sunburst. Cada uno pagó £161 por estos pedidos -hechos con 2 meses de anticipación- que les fueron entregadas primero, y luego vueltas a entregar de forma simbólica directamente por el gerente de la tienda Bob Hobbs para una toma de fotografías cubierta por la revista local Mersey Beat. En su nota, la revista añadió además que «las guitarras viajaron a Inglaterra directamente desde Estados Unidos en jet, especialmente para la ocasión«, cosa no tan cierta. La banda tocaría nuevamente esta noche en el Queen’s Hall in Widnes, Lancashire.
En esta época los Beatles no eran ricos aún, Brian Epstein fue quien realmente compró estas guitarras y terminó de pagarlas un año después. Hoy por hoy, una réplica de Gibson de esta guitarra cuesta aproximadamente $3,000.
Estas Gibson serían utilizadas posteriormente para grabar nuevamente «Love Me Do» mañana, sin lograr una clara diferencia entre el sonido de las anteriores sesiones. El sonido de esta guitarra se hace característico durante la sesión del álbum «Please, Please Me».
Durante el show de navidad de 1963 en el teatro Astoria de Finsbury Park, Londres, tras menos de año y medio de haberla comprado, Mal Evans tuvo que pasar por la difícil tarea de decirle a John Lennon que su Gibson había sido robada. Lo curioso es que tras tanto tiempo llevando las mismas guitarras, estas ya se habían mezclado, y más adelante se comprobaría que, en realidad, la serie robada correspondía a George.
No se volvería a saber sobre esta guitarra hasta que fue encontrada nuevamente y puesta en subasta en la casa Julien’s de Beverly Hills en Noviembre del 2015. John McCaw la compró en una tienda de guitarras de segunda mano y el experto Andy Babiuk confirmó su autenticidad.