Paul McCartney viaja a Francia

Paul colocó su Aston Martin en el ferry de Lydd, en Kent, y voló a Francia. Su intención era tomarse unas vacaciones conduciendo. Para escapar de la atención de los fanáticos de Los Beatles, McCartney planeó disfrazarse, aunque su nuevo Aston Marton DB5 de color verde oscuro era suficiente para atraer la atención incluso de los espectadores menos observadores.

«Estaba bastante orgulloso del auto. Era un gran coche para un joven, bastante impresionante.»

Paul McCartney, Many Years From Now

McCartney se disfrazó después de pasar por la aduana francesa. Wig Creations, la compañí­a de cosméticos cinematográficos utilizada por Los Beatles en «A Hard Day’s Night», le habí­a hecho un bigote a la medida.

«Te miden y combinan con el color de tu cabello, por lo que era como un bigote genuino con pegamento. Y tení­a un par de anteojos hechos con lentes transparentes, lo que me hací­a ver un poco diferente. Me puse un largo abrigo azul y me peiné el cabello hacia atrás con fijador y simplemente deambulé y, por supuesto, nadie me reconoció en absoluto. Fue bueno, fue bastante liberador para mí­.»

Paul McCartney, Many Years From Now

McCartney planeaba conducir a Parí­s antes de dirigirse hacia el sur a Burdeos, donde habí­a acordado encontrarse con Mal Evans bajo el reloj de la iglesia de Saint-Eloi el 12 de noviembre de 1966. Luego tení­an la intención de seguir el rí­o Loira desde Orleans, el valle de Chateaux of the Loire.

«En realidad, era un dejavú del viaje que John y yo hicimos a Parí­s para su vigésimo primer cumpleaños. Viajarí­a, buscarí­a un hotel y aparcarí­a. Aparcaba lejos del hotel y caminaba hasta él. Me sentaba en mi habitación y escribí­a mi diario, o filmaba un poco. Caminaba por la ciudad y luego, por la noche, bajaba a cenar, me sentaba solo en la mesa, todo esto en el apogeo de los Beatles, para aliviar la presión, para bajar la presión de esos dí­as. Tener unas vacaciones y además no ser reconocido. Y volver a saborear el anonimato. Simplemente sentarme solo y tener todo tipo de pensamientos artí­sticos como, estoy solo aquí­, podrí­a estar escribiendo una novela, fácilmente. ¿Qué pasa con estos personajes aquí­ en esta sala?»

Paul McCartney, Many Years From Now

El diario de McCartney se perdió más tarde, al igual que la pelí­cula de su viaje. Algunos de los carretes fueron robados por fanáticos que irrumpieron en su casa en Cavendish Avenue, Londres. De todos modos, esta costumbre durante el viaje de Paul, así­ como sus experimentos a través de la filmación, podrí­an haber despertado sus ideas sobre el próximo proyecto de Los Beatles, una pelí­cula casera experimental.

»La Kodak 8 mm era la indicada, porque vení­a en un carrete. Una vez que se convirtió en Super-8 en un cartucho, no se podí­a hacer nada con él, no se podí­a controlar. Me gustaba revertir las cosas. Me gustaba invertir la música y descubrí­ que se podí­a enviar una pelí­cula a través de la cámara al revés. Esas primeras cámaras eran geniales.

Si tomas una pelí­cula y la pasas a través de una cámara una vez, luego la rebobinas y la pasas nuevamente, obtienes dos imágenes superpuestas. Pero salí­an muy descoloridas, así­ que desarrollé esta técnica en la que la pasaba una vez por la noche y solo fotografiaba puntos de luz, como rojos muy brillantes, y eso era todo lo que habí­a en la primera pasada de la pelí­cula. Era como en terciopelo negro y rojo, muy rojo. Solí­a hacerlo en mi automóvil, así­ que eran los faros del automóvil y los letreros de neón, el verde de una señal de tránsito, el rojo de una parada, el ámbar…

Al dí­a siguiente, cuando era de dí­a, iba a filmar y tení­a esta pelí­cula que era una combinación de estos pequeños puntos de luz que estaban sobre un fondo de ‘terciopelo negro’ y la luz del dí­a. Mi favorita era una secuencia de una cruz inclinada en un cementerio. Giré la cabeza y acerqué el zoom, por lo que se abrió con una cruz, bingo, luego, al alejarme, se podí­a ver que el horizonte estaba inclinado en un ángulo loco. Y mientras lo hací­a, me enderecé. Ese fue el primer plano, luego corté a una anciana, de espaldas a mí­, cuidando las tumbas. Una campesina francesa vieja y gorda que tení­a medias hasta la mitad de las piernas y se veí­an sus bragas, dándose la vuelta, por lo que era un poco divertido o un poco asqueroso tal vez. Ella solo estaba cuidando una tumba, así­ que, quiero decir, no necesitaba juzgarla. Lo acababa de filmar. Entonces, lo que sucedió fue el rodaje de la noche anterior. Allí­ está cuidando una tumba y solo ves un punto de luz roja aparecer entre sus piernas y simplemente se desplaza muy lentamente como un pequeño pedo, o un pequeño espí­ritu o algo, en las tumbas. Y luego estas otras luces comienzan a gotear, y es como Disney, ¡es como una animación!

Una cosa que habí­a aprendido era que lo mejor era aguantar un disparo. Yo era un fanático de la idea de Andy Warhol, no tanto de sus pelí­culas, pero me gustaba el descaro de Empire, la pelí­cula del Empire State Building, me gustaba la nada. Así­ que hací­a un poco de eso.

Habí­a algunas secuencias que me encantaban: habí­a una rueda de la fortuna dando vueltas, pero no podí­as saber qué era. Y estaba mirando por la ventana del hotel en una ciudad francesa y habí­a un gendarme de guardia. Habí­a mucho tráfico viniendo por aquí­, luego los detendrí­a y los dejarí­a ir a todos. Entonces la acción durante diez minutos fue un gendarme dirigiendo el tráfico: muchos gestos y molestias. Era un gran personaje, este tipo. Lo corrí­ todo y filmé todos los autos de nuevo, habí­a estado lloviendo, así­ que habí­a poca luz en la calle. Entonces, en la pelí­cula, estaba deteniendo autos pero atravesaban su cuerpo como un fantasma. Era muy divertido. Más tarde, como banda sonora puse a Albert Ayler tocando la ‘Marsellesa’. Era una pequeña pelí­cula genial, pero no sé qué pasó con ella.»

Paul McCartney, Many Years From Now

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