La muerte de John Lennon

En la entrada de su edificio, tras volver de una sesión de grabación del disco de su esposa «Walking On Thin Ice», John Lennon recibe 6 disparos a quemarropa en la espalda y muere camino al hospital. Su ejecutor, un fanático hawaiano llegado a Nueva York dí­as antes con aquella única intención, es capturado de inmediato sin poner resistencia. John Lennon no ofrecerá más canciones maravillosas a este mundo, y la posible reunión de Los Beatles es ahora completamente imposible.

Ringo: «Yo era un gran fan de John. Siempre tuve la sensación de que era el que tenia el corazón más grande y de que no era el cí­nico que la gente creí­a que era. Tení­a el corazón más grande y era el más rápido. Entraba y salí­a. Mientras nosotros estábamos entrando, él ya habí­a salido e iba por la siguiente ronda. Tuve el privilegio de ser su amigo.«

Paul: «El placer de escribir con John fue algo maravilloso. John tení­a verdadero talento. Era ingenioso y adorable, daba gusto estar a su lado. Por desgracia, a veces era también era un autentico cabronazo. Pero dicho lo dicho, en el fondo era una persona que valí­a la pena conocer. Era muy carismático. Yo era fan suyo. Creo que todos lo éramos. Y creo que la admiración era mutua. Uno de los mejores recuerdos que tengo es cuando John dijo que «Here, there, and everywhere» le gustaba más que todo lo que él habí­a escrito hasta el momento. Esas pequeñas cosas son las que cuentan.«

George: «Después de tomar ácido John y yo tuvimos una relación muy interesante. A partir de entonces, John y yo pasamos muchos momentos juntos, y hasta su muerte me sentí­ mucho más cerca de él que de los otros. Cuando Yoko entró en escena, perdí­ mucho contacto personal con él. Pero en las pocas ocasiones en que lo veí­a, bastaba con mirarle para saber que estábamos conectados. John se dio cuenta de que no solo viví­amos en el mundo material; veí­a mucho más allá de la muerte y sabia que esta era solo una pequeña obra. Lo comprendió.«

Según versión de la propia Yoko Ono , el último dí­a de John en la tierra comenzó muy temprano. A las siete y media de la mañana desayunaba en el café La Fortuna, su favorito. Restaurante italiano que ya no existe.

A las nueve, se cortaba el pelo en la peluquerí­a Veez a Veez. A las diez y media ,concedió una entrevista a RKO. Y a las dos, la fotógrafo Annie Leibovitz les hizo la famosa sesión en que Lennon, desnudo, aparece en posición fetal, besando a Yoko.

Alrededor de las tres y media, saliendo del edificio Dakota, John fue fotografiado por el fotógrafo aficionado Paul Goresh, conocido ya por él, y también accedió a firmarle un autógrafo a un fanático que lo esperaba con su disco «Double Fantasy» en mano. Goresh alcanzó a tomar una foto del momento. Nadie sospechaba que se tratarí­a de su propio asesino, Mark Chapman. A pesar de haber obtenido su firma, se quedó conversando todo el dí­a con el portero del edificio, un cubano llamado José Perdomo. El tema de conversación habí­a sido Fidel Castro.

A las cuatro y media de la tarde, John y Yoko llegaron al estudio Hit Factory para seguir con el trabajo en «Walking on thin ice», que John estaba produciendo para su esposa.

Al anochecer habí­a llamado a David Geffen, el magnate de su sello discográfico. Yoko estaba preocupada por las bajas ventas del «Double Fantasy», que no era un éxito como se esperaba. Geffen calmó la situación al decirles que ya era disco de oro en Inglaterra, algo que ilusionó a Lennon. John y Yoko acabaron la sesión a eso de las diez de la noche.

Iban a cenar en un Dheli, pero prefirieron volver al departamento para ver cómo se encontraba su hijo Sean… su asesino se habí­a quedado esperándolo todo el dí­a a las puertas del Dakota.

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