En Lima, se formalizó (o se institucionalizó) la creación del segundo (y último) Beatles Fan Club que ha existido en el Perú con ese nombre. El primero fue creado en los años ’60 y más o menos desapareció entre 1970 y 1972.
En la década de los años ’70 hubo pequeños clubes que nacían y desaparecían de manera informal; entre ellos uno impulsado por Pepe Barreto desde su programa radial.
En los últimos años de la década del ’70, en plena fiebre «disco», se formó espontáneamente un grupo de fans que empezó a reunirse en lugares públicos (parques o plazas) y con el apoyo de Funky Hits (por entonces el cancionero de moda).
En enero de 1982 las reuniones empezaron a ser en el Parque Washington, a la altura de la cuadra 5 de la Av. Arequipa. Ante la insistencia de algunos entusiastas, se decidió formalizar el club y darle una estructura organizacional para poder realizar actividades de mayor proyección (al menos era la idea).
Las elecciones se realizaron en el Parque Washington el 13 de febrero de 1982; y el inicio formal de actividades y la instalación de la primera junta directiva se dio una semana después, el 20 de febrero, en la casa de una de las más entusiastas fans: Lilly Figueroa. Su vivienda está (o estaba) ubicada en la Urbanización Helio, en el extremo occidental del distrito de Lima.
Tuve el honor de formar parte de la directiva fundadora (fui Secretario de Organización). La presidente fue Jenny Moore; y los otros directivos fueron Javier Ruíz, Julio Matienzo y Lucía Coahila, con Carmen Rojas y Lilly Figueroa como accesitarias. Las actividades de apoyo fueron encargadas a Milagro Bronttis (a quien cariñosamente apodábamos «Temporary Secretary», como la canción de Paul).
Se trató del segundo y último (hasta donde sé) club de fans que tuvo personería jurídica, con libros legalizados, carnets con logotipo y todo lo necesario… menos local fijo.
La primera actividad fue él siguiente sábado, por el cumpleaños de George Harrison (aunque cayó 27 de febrero) en la casa de Carmen Rojas en Pueblo Libre.
Aunque en esos tiempos hubo mucho entusiasmo, al punto que nos llamábamos internamente «Beatles Fun Club» para resaltar el aspecto de diversión (fun) antes que el fanatismo, lo cierto es que la formalización del grupo fue también la causa de su declive. La atención de aspectos formales y la preocupación por fondos y asignación de tareas mataron el espíritu inicial… al punto que un año después no quedaba ni un solo miembro fundador.
Pero no quise dejar de pasar la ocasión para remembrar ese episodio que sin duda fue importante para varios fans de la época. Mucha gente pasó por ese club a lo largo de su historia (desde las reuniones informales de 1977 en adelante, hasta su prolongada agonía -ya con otras personas- a mediados de los ’80).
Vaya mi saludo a los fundadores de ese grupo; aparte de los precitados directivos y asistentes, a mis amigos Kío Hironaka y Julio Ruíz; y a jóvenes fans (de entonces) que conocimos como Anny Vidal, Betty Kanagusuku, Dennis Luna, Eddie Vélez, César Orihuela y un largo etcétera. Dios los bendiga dondequiera que estén -a muchos no los veo desde hace años- y ojalá que guarden igualmente gratos recuerdos de esa época.
Ha pasado un cuarto de siglo y son otros tiempos; pero es una gran satisfacción ver que la Beatlemanía no ha decrecido. Por el contrario, se ha expandido y yo he tenido la suerte de encontrar esta comunidad cibernética (BeatlesPerú) que realza aún más lo que significa ser un fan de Los Beatles.