El único personaje de la historia Beatle que logró poner su nombre en un crédito junto a ellos, está muy delicado. Billy Preston, intérprete de órgano -de una manera superdotada- y que estuviera presente en las grandes Long And Winding Road o Get Back (cómo olvidar su solo), así como Don’t let me down y Let it Be (última época de Los Beatles), sufre de una afección cardiaca de la que ya fue operado previamente, pero que no parece curarse. Desde el 2002 sufre de estos problemas que van acompañados de afecciones renales (incluso ha tenido un transplante) y alta presión sanguínea.
Preston, religioso a morir, participó en el concierto Concert for Bangla Desh de George Harrison, e incluso en el último concierto de los Beatles en el techo. Alcanzó el tope en el 69′ con la canción «That’s the way God planned it». Tocó canciones que Harrison le componía y aparece en créditos beatles desde el Album Blanco. Tocó el órgano en «My Sweet Lord» del All things must pass de George, en el «Oh my my» de Ringo y el «Plastic Ono Band» de John. Reapareció en la historia beatle junto a los Bee Gees y Peter Frampton tocando «Get Back» en la película «Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band» del 78′. Se mantuvo vigente e incluso tocó el órgano en el último disco de Jet (la canción Roll Over DJ), Choose Love de Ringo Starr y Back Home de Eric Clapton, en 2005. Participó en el tributo a Harrison del 2004, interpretando «Isn’t it a Pity» y «My Sweet Lord». Si quieren oir al verdadero Billy Preston, escuchen el «Let it Be… Naked».