No todos los días un Beatle viene a cantar a la disquería de tu barrio… pero eso pasó esta tarde cuando Paul McCartney ofreció un concierto de casi dos horas en la disquería Amoeba, en el barrio de Hollywood.
Para entrar, el público hacer cola bajo el sol, junto a actores en ascenso y modelos que no paraban de usar sus Blackberry para quejarse por el maltrato. Pero McCartney vale la espera, tanto para el público VIP que sólo se bronceó involuntariamente un par de horas como para los 300 fans que acamparon durante dos días en las puertas de la tienda de discos.
Este es el tercer show sorpresa que el Beatle viene ofreciendo en lugares chicos para promocionar su nuevo álbum, Memory Almost Full. Como lo hizo en Londres y en Nueva York, en el show de Los Angeles Paul aprovechó para deleitar a su audiencia (unas 500 personas de todas las edades) con un buena cantidad de temas de los Beatles, incluido el infaltable Let it Be. Mientras la gente tomaba fotos con sus celulares detrás de las bateas de discos, McCartney presentó un par de temas nuevos, cantó una canción en homenaje a John Lennon, tocó la mandolina en el single Dance Tonight y se dio el gusto de charlar con sus fans y dirigirlos en el coro en Hey Jude.
«Esto es surrealista, tocar en un lugar tan íntimo es algo que me recuerda a los primeros shows de Los Beatles«, fue su primer comentario luego de abrir con Drive My Car. Su banda es joven y rocanrolera y le agrega una energía extra al de por sí energizado McCartney. Puede haber cumplido 65 hace un par de semanas pero se lo ve mejor que nunca. El divorcio no parece haberlo deprimido. En otra de las nuevas, Nod Your Head, se convierte en rockero y le pide al público que sacuda la cabellera para arriba y abajo como si se tratara de un recital de heavy metal.
Aunque el espíritu del show fue jovial, no faltaron momentos emotivos. La primera dosis la dio la presencia de Ringo, que caminó por los pasillos que la seguridad había despejado y luego se quedó cerca de la puerta para irse temprano, un rato antes de que Paul lo llamara para cerrar los bises con Lady Madonna. La noche anterior, en Las Vegas, ambos se habían juntado con Yoko y la viuda de George Harrison para celebrar el primer año del espectáculo Love, del Cirque Du Soleil.
Cuando McCartney se sentó al piano para hacer la versión acústica de su tema Here Today, en homenaje a John Lennon, un silencio emocionado llenó cada metro cuadrado de la tienda de discos que todo músico visita invariablemente en sus viajes. «Te amo» le dijo a Lennon después de cantar cuánto lo extraña y luego alentó a la gente a que expresara sus emociones como Dios manda. «Somos adultos, podemos llorar si queremos«, arengó McCartney.