Decca Records responde a Brian Epstein con su negativa para firmar a Los Beatles. Dick Rowe, jefe de la división de música popular, escribió textualmente «No nos gusta su sonido y esa música de guitarra está en decadencia«.
Estas fueron sin duda malas noticias… ¡para la Decca!
A pesar de las noticias, Epstein no desistió. En adelante viajaría algunas veces más a Londres para mantener reuniones con la Decca, incluso prometiendo que el equipo de ventas de NEMS se encargaría de comprar 3,000 copias de cualquier single de Los Beatles que lanzaran. Lamentablemente esta información no llegó a oídos de Dick Rowe, quien más adelante declararía «De la forma que la economía era en el negocio de las grabaciones en aquel entonces, si me aseguraban la venta de 3,000 copias, hubiese obligado a que graben a cualquier tipo de banda que fuera«.
El rechazo de la Decca se convirtió a la larga en una ventaja, ya que la banda tomaría giros positivos en adelante. Además, en manos de Epstein quedaron buenas grabaciones de 15 temas de la banda, en formato «reel to reel», con el que pudo llevar el material a distintas disqueras de Londres. En un determinado momento, el gerente de la tienda de discos HMV en la calle Oxford, Londres, le sugirió a Epstein que los pase a formato de disco, para facilitar su audición. Epstein así lo hizo, llevó las cintas al estudio y planta de presurización situadas arriba de la tienda y siguió adelante con el plan. Eventualmente, estas grabaciones llegaron a sorprender a Jim Foy, a quien además llamó la atención que 3 de los temas fuesen composiciones propias. Foy contactó a Sid Coleman, de la subsidiaria de EMI «Ardmore & Beechwood», quien le ofreció a Epstein un contrato de publicación. Así fue que Coleman arreglaría una reunión entre Epstein y George Martin, cabeza de artistas y repertorios de Parlophone.
Tras oír las grabaciones de la Decca, George Martin se interesaría en Los Beatles y les ofrecería una audición en Abbey Road.